Los Derechos Humanos en la Historia
Para comprender el significado
actual de los derechos humanos proclamados en los distintos textos
internacionales, es preciso sintonizar las distintas etapas históricas en las
que dichos derechos y libertades ocuparon algún lugar.
Con la abolición del
absolutismo comienza la lucha a favor del hombre, en sí las declaraciones de
derechos surgen contra el poder absoluto, ya que con ellas se persigue, en
principio, la limitación del poder por el poder.
El siglo XVIII descubre la
existencia del hombre, y por esto mismo tropezará con unos derechos
consustanciales. Es el siglo de las revoluciones y de la burguesía. La
americana es un primer paso de revolución triunfante producto de tensiones, en
especial de carácter económico y que no contó con la luego acostumbrada
maduración ideológica. Se basó en unos hechos y situaciones, y triunfó.
La Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano (1791) constituye el paso más importante de cara a
la definición y a la lucha por unos derechos. La misma Declaración de las
Naciones Unidas hace más de
treinta años, se basa en parte en la francesa de la época de la revolución.
La declaración de 1791 es el
resultado de la suma del espíritu propio del siglo XVIII. En ella se
entremezclan las filosofías de los más destacados directores del pensamiento.
En definitiva, y es lo más importante, refleja de manera clara los intereses de
la clase dominante la burguesía.
El siglo XIX nos trae el
liberalismo, el nacionalismo y el socialismo. Con el liberalismo llegó la
protección de la vida privada del individuo frente a las interferencias de los
Gobiernos o Estados. Llegaron lo que se denominó como libertades civiles de carácter
negativo, por lo que de limitación tenían de cara al sustentador del poder.
Pero el siglo XIX extendió sus libertades a las de enseñanza, asociación,
huelga. El Estado, en el siglo XIX, entenderá como deber el asegurar el imperio
de la ley.
Condiciones distintas de vida
forzaron la aparición de derechos como el de asociación sindical, sufragio
universal, asistencia social, educación gratuita, etcétera, pero también
trajeron minorías marginadas, y se puso de moda el llamado tercer mundo. Un
mundo que poco o nada tiene que ver con los derechos y que pide a gritos la
aplicación en su seno de lo proclamado en la declaración.